Christa, 42
Usé peluca desde que se me cayó el cabello a los siete años hasta los 25. No me sentía bella para nada de pequeña. Cuando eres una niña quieres ser como cualquier otra niña. Ser diferente no era algo en lo que estaba interesada. Quería ser igual a todos los demás.
"Perdí mi cabello a los 7 años. Me ponia una peluca todos los días - yo misma estuve escondida - y cuando paré por fin pude ver que hay más de un tipo de belleza. Había estado incomoda en mi cuerpo durante tantos años. Soy una mejor fotografa por mi experiencia que me ha dado un gran sentido de empatía y conexión con la gente. Esta empatía y mi capacidad de relacionarme fácilmente me ayuda a capturar algo único y hermoso de la persona en ese momento entre nosotros."- Christa, 42
Me estaba escondiendo y esa peluca era mi disfraz. Tenía miedo de lo que diría la gente si me la quitaba. Pero me sentía más fea con la peluca puesta que sin ella. Cuando la usaba, evitaba ver mi reflejo porque no me gustaba cómo lucía. Me sentía falsa. Pero cuando estaba en mi casa, me ponía un pañuelo o un gorro, me miraba al espejo y pensaba: "Vaya, luces bien así".
Cuando tenía 22 años, fui de viaje a Venezuela con algunos amigos y sucedió algo crucial. Habíamos estado viajando durante bastante tiempo hasta llegar a un hermoso lugar junto al océano donde acamparíamos, en ese momento todos quisieron ir a nadar desnudos. En ese momento me decidí: "Lo haré. Me quitaré la peluca. Me sentí más libre que nunca". Cuando volví a EE. UU., seguí usando la misma peluca durante varios años más hasta que a los 25 me mudé a Chicago. Después de eso, comencé a pensar: "En verdad, eres atractiva". Y cuando yo me sentí bella, otras personas comenzaron a notarlo... y empecé a tener muchas citas. Todo comenzó a suceder cuando yo misma decidí sentirme bella.