Maromi, mamá de tiempo completo
En la adolescencia, Maromi se sentía forzada a aceptar el ideal de belleza de la cultura popular japonesa, pero su rostro, lleno de pecas, siempre le hizo sentir marginada. Solo cuando vio que en otros países el concepto de belleza era otro, fue consciente de que lo que te diferencia también te hace hermosa.
Vivir en distintas ciudades de Asia y Europa le ayudó a Maromi a cambiar rápidamente su perspectiva sobre la definición de belleza real. Las pecas que antes veía como defectos se convirtieron en una característica única al conocer a otras personas. Con el tiempo, sus pecas la hicieron sentir bella y especial.
Hoy, Maromi está decidida a transmitir su experiencia a su pequeña hija para que ella también pueda honrar los rasgos que la hacen diferente y bella.