Quizá tus hijas no sean los bullies, pero sí fueron "testigos mudos", lo que significa no hacer nada cuando ven que están molestando o acosando a otra persona. Tal vez crean que hacen lo correcto al no intervenir, y por eso es importante enseñarles que, si desafían al/la bully en lugar de guardar silencio, pueden detener comportamientos perjudiciales.
En muchas situaciones, los testigos mudos son quienes "favorecen" que ocurra el bullying. Su comportamiento puede incluir:
- Participar, burlarse o reírse de algo a pesar de saber que está mal
- No oponerse ni atreverse a decir algo si son testigos del bullying
- Ignorar a la víctima durante o después del bullying, y no ofrecerle su apoyo
- No pedir ayuda a un maestro o un adulto cuando es necesario
¿Por qué las personas se convierten en testigos mudos del bullying?
Los testigos mudos pueden tener temor de convertirse en la siguiente víctima. Si el bully molesta a alguien por su apariencia física, es posible que tus hijas no quieran intervenir por temor a convertirse en el siguiente objeto de bullying.
También es posible que quien es testigo de este tipo de acciones, no deseé actuar porque no sabe qué hacer para mejorar la situación. Explícales a tus hijas que ser testigos mudos puede convertirlos en víctimas indirectas del bullying. Quienes no intervienen solo permiten que el bullying continúe. Sin embargo, si desarrollan la confianza para enfrentar este tipo de comportamientos, a menudo quien comete bullying retrocederá, y eso favorecerá que más "testigos" se unan para desafiarle.