Niñas: Acompaña a tu hija en su transición hacia la madurez
Los altibajos del crecimiento pueden confundir a los padres y desconcertar a sus hijas. Cada chica experimenta la pubertad de forma distinta, pero este periodo muchas veces convulso puede ser más sencillo si sabés qué está pasando más allá de lo que está a simple vista.
¿Qué es la pubertad?
"Contrario a la creencia cultural, la pubertad no es meramente un cuestión hormonal", afirma la Dra. Tara Cousineau, psicóloga clínica y experta en autoestima adolescente. "Cuando los padres entienden los cambios que están ocurriendo en el cerebro de una adolescente, parte de su mal humor, inconsistencia y comportamiento impredecible comienza a tener sentido. Los cerebros de las niñas están atravesando una transformación increíble que les va a permitir convertirse en adultas atentas y responsables.
Al mismo tiempo, su cerebro y su cuerpo están siendo bombardeados por hormonas reproductivas, y, por si fuera poco, como mujeres tienden a ser más susceptibles al estrés. Esto suele traducirse en mayor necesidad de 'encajar' en su grupo y en inquietudes sobre la imagen corporal y sobre lo que otros piensen de ellas".
Cambios corporales durante la pubertad: qué podés esperar
Entonces, ¿qué podés esperar a medida que tu hija se acerca a la adolescencia? En primer lugar, tené en cuenta que no todas las adolescentes experimentan una transición difícil, pues algunas pasan sus años de adolescencia con facilidad y entusiasmo.
Sin embargo, es probable que haya momentos en que los que tu hija se vuelva más rebelde, y no porque quiera serlo conscientemente, sino porque su biología la está llevando hacia la independencia. Otra señal de esto es que aumenta su necesidad de privacidad. Es posible que mantenga la puerta de su recámara cerrada durante horas y horas. No entres en pánico: tu hija necesita averiguar quién es, estando lejos de ti.
Eso es la adolescencia: un periodo de separación. Aunque la necesidad de independencia de tu hija sea natural, puede ser desconcertante, pues parte de tu hija sigue siendo la niña que busca a su madre para sentir que todo estará bien. Esta parte nueva y en desarrollo empieza a darse cuenta de que eso no le va a funcionar para siempre, así que necesita encontrar una estrategia para crecer y sobrevivir sola mientras todavía está vinculada al hogar.
La sexualidad emergente y las “selfies”
Otro factor que los padres a veces tratan de ignorar es la naciente sexualidad de su hija. El impulso primordial de la pubertad femenina es que las niñas se vuelvan sexualmente atractivas y competitivas entre sí. A pesar de que no perciben este impulso inconsciente, es la razón por la que tienden a estar mucho más enfocadas en su apariencia física durante la adolescencia.
De repente, la hija que se resistía a bañarse acapara el baño, pasa horas frente al espejo y posa para "selfies" que va a publicar en las redes sociales.
Cambios en las relaciones: los amigos primero, la familia después
Los cambios hormonales y cerebrales de este periodo programan a las niñas para ser más sociales y comunicativas, y ellas lo practican poniendo a sus amistades ante todo lo demás.
Desde la pubertad, las chicas reaccionan con más intensidad a las tensiones en sus relaciones que a casi cualquier otra cosa. Su autoestima durante la adolescencia se vincula a su capacidad para entablar amistades íntimas. Ellas "necesitan" sentirse queridas y conectadas con su círculo social. Y por eso los conflictos con las amistades les resultan tan estresantes.
En palabras de la Dra. Cousineau: "Antes las niñas pasaban horas en el teléfono, intercambiaban notas en clase o lidiaban con el drama juvenil en los pasillos de la escuela, pero ahora los problemas de amistad se intensifican por la mala interpretación de mensajes de texto o mensajes en redes sociales".
Las chicas pueden malinterpretar lo que sus amigas quieren decir porque no las están viendo a la cara ni están escuchando su tono de voz.
"Esto importa cuando el cuerpo y el cerebro de la adolescente están experimentando grandes cambios y se están creando nuevas conexiones neuronales", explica la Dra. Cousineau. "Las señales interpersonales, el contacto visual y las experiencias empáticas también necesitan ajustes. Por lo tanto, alentala a tener más interacciones cara a cara".
¿Adolescente o niñita? Cambios de humor durante la pubertad
Hay dos fases en la vida de un ser humano en las que se producen cambios cognitivos sustanciales: hasta los tres años y durante la adolescencia. Puede resultarte útil imaginar que el comportamiento de tu hija es como el de una niñita. Tu hija está intentando darle sentido al mundo mientras su cerebro pasa por una fase de remodelación, y eso puede ser frustrante.
La Dra. Cousineau considera que es importante no dar por sentado que tu hija adolescente puede responder como un adulto, pues simplemente no es así. "Las crisis adolescentes pueden ser muy desconcertantes para las madres", señala. "Intentar ser racional y lógica no funciona cuando tu hija está montada en cólera. Su cerebro es una marejada emocional, así que no puede oírte".
Cuando tu hija adolescente sufra una crisis, intentá tratarla como lo hacías cuando era niñita y hacía berrinche. Dependiendo de cuál sea el problema, ser compasiva y empatizar con su estado de ánimo puede ser la mejor opción.
Sin embargo, si está siendo tirana, mantenete firme. Esperá a que se calme (lo cual puede tomar horas o hasta un día entero) antes de intentar tener una discusión racional o reflexionar sobre la situación con ella.
La pubertad suele ser difícil, pero todos los problemas tienen una solución
"Reiterale que todo va a estar bien y que estás ahí para ayudarla", sugiere la Dra. Cousineau. "Asegurale que las cosas se van a solucionar porque normalmente lo hacen".
Si bien por lo regular las situaciones se resuelven con el paso del tiempo, a menudo hay contratiempos en el camino. Ayudala manteniendo la calma y permaneciendo centrada. Cuanto más preparada estés para la adolescencia de tu hija, mejor vas a poder apoyarla y hasta para vos va a ser más sencillo pasar por esta etapa con ella.
Fases de la pubertad: los cambios físicos que experimenta tu hija conforme crece
Para las niñas, la pubertad comienza con un crecimiento repentino de 5 o 6 cm de altura y una ligera hinchazón de los pezones, por lo regular entre los 8 y 10 años de edad (en los niños, la pubertad comienza un poco más tarde, cuando se encuentran entre los 9 y 11 años). De los 11 en adelante, la areola (la piel alrededor de los pezones) comienza a hincharse, y empieza a crecer el vello púbico. La racha de crecimiento continúa, y su estatura aumenta alrededor de 7 u 8 cm al año.
El comienzo de usar sostén
A partir de los 12, los senos se agrandan, por lo que quizá necesite empezar a usar sostén. Los senos incipientes se sienten como un bulto duro detrás del pezón. Esto puede sentirse en un pecho antes que en el otro (asegurate de que tu hija no crea que tiene cáncer, ya que la publicidad que reciben los bultos en los senos hace a algunas niñas temer lo peor antes de hablar con alguien).
El vello púbico se vuelve más grueso, y crece pelo en las axilas. Es posible que comiences a notar cambios en la piel y el olor corporal de tu hija. La racha de crecimiento alcanza su apogeo, con un aumento de estatura de alrededor de 8 cm por año.
La menstruación
La menstruación hace su primera aparición entre los 8 y los 14 años, pero la edad promedio es 12 años. Entre uno y dos años después de la primera menstruación, la tasa de crecimiento de la niña se desacelera. Las niñas suelen alcanzar su altura máxima más o menos a los 14 años de edad.
Entre los 13 y los 14 años, los senos terminan de desarrollarse. Las caderas comienzan a ensancharse, y el cuerpo de la niña puede adquirir la figura del de otras mujeres en la familia. En pocos años, su peso corporal puede aumentar hasta 50%. Esto inquieta a algunas niñas, mientras que otras lo ven natural a medida que aumenta su estatura.
Es un momento delicado para la autoestima de la niña, sobre todo si le preocupa su imagen corporal. Es importante que sepa qué esperar de su cuerpo en la adolescencia, basándose en los cambios biológicos y su historial genético.
No te inquietes si los cambios que atraviesa tu hija no coinciden exactamente con esta línea temporal. Lo que se considera "normal" varía ampliamente, dado que la experiencia de cada niña es única. De todas formas, habla con su médico si te preocupa algún aspecto de su desarrollo.
Hacé tus propias preguntas
Dejate guiar por sus respuestas para saber qué cambios le está costando más enfrentar
Dale espacio para hablar
Hacele preguntas que requieran respuestas más complejas que un simple "sí" o "no", como por ejemplo:
• ¿Qué cambios has notado en tu cuerpo recientemente?
• ¿Cuánto te han hablado sobre la pubertad en la escuela?
• ¿Cuánto sabes sobre lo que sucede cuando tienes tu primera menstruación?
Preparate para los cambios
Organizá ir de compras con ella para ayudarla a elegir corpiños, toallas femeninas y tampones. Esto le va a evitar la vergüenza de pedírtelo y le va a dar la oportunidad de hacerte preguntas.
Compartile tus propias experiencias
Compartí con tu hija cómo fue para vos esperar la pubertad y vivirla. Miren juntas fotos tuyas de cuando tenías su edad
Hablá sin rodeos
Es inevitable que tu hija escuche algunos mitos y exageraciones sobre la pubertad. Ayudala a separar la realidad de la ficción hablándole sobre esta etapa con absoluta honestidad
Considerá la posibilidad de comprarle un libro sobre la pubertad
Léanlo juntas o, si prefiere hacerlo sola, animala a comentarlo con vos después