Una vocación imparable
Masha tenía 18 años cuando su vida cambió debido a un accidente que le causó numerosas lesiones, además de parálisis del lado izquierdo del cuerpo y grave pérdida visual. Después del accidente, muchas veces dudó si volvería a verse bonita. Gracias al apoyo incondicional de sus amigos y familiares, Masha empezó a transformar los retos en motivación, y recuperó la confianza necesaria para esforzarse cada vez más y ver la vida con otros ojos, comprendiendo que la belleza real emana del interior.
El accidente que parecía haber arruinado su vida le ha dado la seguridad necesaria para ser una belleza real y ver lo hermoso en el mundo que la rodea.