Rose creció en un orfanato donde le dijeron que el color de su piel significaba que no podía ser hermosa. Ella sabía que esto estaba mal, pero fue difícil crecer sin tener otras bellas mujeres negras a quienes admirar.
El momento decisivo llegó cuando vio una foto de la modelo Iman y se dio cuenta de que había otras mujeres que se parecían a ella y que se consideraban hermosas. A los 43 años, Rose confía en su propio estilo y ya no siente presión para verse de una determinada manera. Cree que la madurez ayuda a construir confianza en cómo una se ve y a desarrollar un estilo que aprovecha al máximo la belleza.