El punto crítico para mí fue cuando tuve mi primer trabajo en un club para actividades extraescolares para niños. Allí noté que las niñas de 5 años comenzaban a desarrollar sus propias inseguridades sobre el modo en que lucían, cuando para mí todas y cada una de ellas era maravillosa por dentro y por fuera. Este trabajo me ha ayudado a redefinir lo que pienso sobre la belleza real. Me ha ayudado a darme cuenta de lo que realmente importa. No estoy aquí para complacer la mirada de los demás.
Como mujeres, siempre vamos a estar sujetas a estándares irreales de belleza establecidos por los poderes existentes, por eso creo que nosotras tenemos que ser el cambio que queremos ver desafiando lo construido para nosotras y redefiniendo lo que verdaderamente es la belleza real.