Comencemos con algo positivo: los científicos ahora piensan que es cómo los niños las usan, en lugar de cuánto las usan: eso realmente influye en el hecho de que tengan una relación saludable con las redes sociales. Más específicamente, incluso si te preocupa que tu hijo esté pegado a su teléfono, si lo apoyas para que use las redes sociales de una manera equilibrada, puedes ayudarlo a tener una experiencia más positiva y sentirse más preparado para manejar cualquier dificultad que pueda tener. Aquí te explicamos la forma:
Recuérdale a tu hijo que la perfección no existe. Los estándares de belleza poco realistas en línea perpetúan el mito de que la perfección es alcanzable: no es sorprendente que una investigación de Dove haya descubierto que 1 de cada 2 niñas expresa que los consejos de belleza tóxicos causan baja autoestima, y que una cuarta parte de las niñas no creen que se ven lo suficientemente bien sin edición de fotos. Descubre cómo los filtros de las redes sociales afectan la confianza e imagen corporales para ayudarlos a entender que detrás de la imagen de un influencer probablemente haya algún elemento de manipulación de imagen.
Luego, ayúdalos a descubrir formas de sentirse más en control sobre lo que consumen. Esto podría significar familiarizarse con las aplicaciones que usan para conocer sus diferentes funciones. Enseña a tu hijo a ocultar o bloquear contenido que los haga sentir mal, y a informar contenido que es inapropiado. También haz que se sienta empoderado para dejar de seguir cuentas.
Explora con él sobre por qué las redes sociales y las relaciones sociales se refieren a la conexión. En lugar de consumir pasivamente la vida de otras personas y hundirse en la trampa de la comparación, explícale que las redes sociales pueden ser un lugar maravilloso para aprender de los demás y hacer amigos.
Ayúdalo a buscar cuentas de personas que tengan pasatiempos o intereses similares a los suyos, como música, deportes o activismo, y luego incentívalo a usarlas más intencionalmente e interactuar, en lugar de simplemente explorar. Esto también se relaciona con el contenido que tu hijo publica. Pregúntale si se siente presionado a publicar selfies, luego ayúdalo a pensar de manera más creativa sobre qué publicar en su lugar; tal vez cosas que reflejen su personalidad y que se relacionen menos con su apariencia.
Sé su modelo a seguir. Tu propia relación con las redes sociales también importa aquí. Toma nota de las maneras en que afecta tu bienestar (¿Cuándo te hace sentir bien? ¿Cuándo te hace sentir mal?) e intenta moderar tu propio uso. Asegúrate de hablar con él abiertamente sobre este proceso a medida que tú también lo recorres.
Sugiere una actividad sin pantallas que puedan hacer juntos, como artesanías, hornear o hacer ejercicio. Esto trae dos beneficios: no solo le da un poco de tiempo fuera de las redes sociales, sino que crea un espacio para algo llamado escucha sin interlocutor. Aquí es donde la falta de contacto visual intenso puede crear un espacio más relajado para que tu hijo hable de cualquier cosa que pudiera preocuparlo. Con una investigación de Dove que descubre que 4 de cada 5 niñas desean que sus padres les hablen sobre cómo manejar los consejos de belleza tóxicos en línea, aunque a veces puede ser difícil conversar sobre las redes sociales, es fundamental que lo hagas.