• 1
    Habla con tu hija

    Averigua cómo se siente con los cambios que está atravesando su cuerpo. ¿Qué partes le gustan más y cuáles le gustan menos? ¿Por qué? ¿Cómo se comparan sus ansiedades corporales con las tuyas?

  • 2
    Reconoce sus preocupaciones por su imagen corporal

    Si tu hija está preocupada por un aspecto particular de su apariencia, no desestimes ni minimices sus inquietudes. En cambio, busca maneras de ayudarla a sentirse más a gusto con su apariencia. Por ejemplo, vayan de compras y elijan ropa que le quede bien y resalte sus características favoritas

  • 3
    Cuida tu lenguaje

    Cuando menciones a otras personas, ya sea personas en los medios o en tu propia comunidad, evita hacer comentarios negativos sobre su apariencia. En lugar de eso, intenta destacar sus talentos, habilidades y cualidades. Recuerda que burlarse de alguien por ser demasiado flaco puede ser tan perjudicial como burlarse de alguien por su gordura, especialmente si tu hija tiene una estructura naturalmente delgada

  • 4
    Ayúdala a tener un panorama más amplio

    Los cuerpos son algo increíble. Nos permiten correr, bailar, nadar y escalar; cargan y alimentan bebés; y están a nuestro servicio durante 80, 90 o incluso 100 años. ¿Qué espera realmente tu hija de su cuerpo?

  • 5
    Mantente al tanto de su actividad en las redes sociales

    Es posible que no puedas hacer un seguimiento de todo lo que hace tu hija en Internet, pero puedes pedirle que te muestre a qué personas famosas está siguiendo en Instagram, Twitter y otros sitios similares. ¿Por qué le gustan? ¿Qué tipo de imágenes y mensajes comparten? ¿Sus publicaciones influyen en tu hija?


Artículos relacionados