Todas hemos pasado por esa situación: pensamos que solo revisaremos unos minutos nuestros teléfonos antes de ir a dormir, y de repente estamos una hora mirando fotos de personas que no conocemos y nos sentimos mal con nosotras mismas. Ya sea que comparemos nuestros cuerpos, nuestros hogares o nuestro trabajo, la trampa de la comparación en línea se torna aún más compleja porque muchas imágenes en las redes sociales son manipuladas digitalmente. Existe una gran posibilidad de que nos estemos comparando con algo que no existe porque la foto está retocada o tiene filtros. La imagen es irreal. Crea un estándar imposible que pocas de nosotras podemos igualar.
Es por eso que los filtros fotográficos a veces pueden ser muy dañinos. Las redes sociales pueden ser un lugar maravilloso para encontrar una comunidad y hacer amigos, pero lo negativo es que es más fácil que nunca alterar las imágenes de maneras que no son evidentes. Tal vez algún recorte en los muslos por aquí y un borrado de espinillas por allá, o tal vez se reducen las caderas, se refinan los pómulos o se borra la celulitis. Y eso es antes de considerar todos los acuerdos de patrocinio, maquilladores y obsequios que se encuentran detrás de la publicación de un influencer para hacerla irreal.
Al enfrentarse con alrededor de 5,000 imágenes mejoradas digitalmente cada semana, este carrusel de imágenes ‘perfectas’ les da a niñas y mujeres una impresión peligrosa y poco realista de cómo deberían verse. Lamentablemente, no nos sorprende que una cuarta parte de las niñas piensen que no se ven lo suficientemente bien sin edición de fotos, y una investigación de Dove (PDF| 4 MB) reveló que una de cada dos niñas dice que los consejos de belleza tóxicos en las redes sociales generan baja autoestima.
Afortunadamente, tú puedes lograr un cambio con algunos toques en tu pantalla. Comprométete a desintoxicar tu feed: piensa en lo que te gusta ver y en lo que te inspira y eleva, y no tengas miedo de presionar ‘dejar de seguir’. Si eso te parece demasiado, comienza primero por usar la función ‘ocultar’ o ‘silenciar’. Para cualquier persona o cuenta que te haga sentir mal contigo misma o con tu cuerpo, deja de seguirla/ocúltala/bloquéala y no te preocupes, no es una decisión permanente. Siempre puedes seguirla nuevamente en el futuro si así lo quieres. Luego enseña a tu hija a hacer lo mismo. Nadie le debe su lealtad a un influencer o a una celebridad. Es empoderador darse cuenta de que *tienes* el control sobre lo que ves.
Luego, verifica que tu feed sea diverso e inclusivo, ya sea en relación al tamaño, forma, color de piel, capacidad o apariencia. Esto ayuda a terminar con la idea de que solo existe un ‘tipo’ de belleza, lo que puede ayudar a mejorar la confianza corporal. Sigue a los influencers que alientan la positividad corporal y que dicen cuándo usan filtros en las redes sociales. Encuentra influencers que te hagan reír, y recuerda ser amable contigo misma.